miércoles, 5 de febrero de 2014

Vale, sí: caigo.

Siempre se cae a algún sitio, así que me agrada pensar que no estoy cayendo porque aquí todo está negro, no sigo ninguna dirección, no caigo hacia.
No veo diferencia entre hoy y ayer o tener los ojos abiertos y dormir. Todo es del mismo negro. Quizá por eso quiera dormir para siempre. Y es que dormir alivia. Hasta que.
Cuando aparecen todos esos sin-rostro sé que quizá debería despertar. Toda persona con uso de razón abriría los ojos, se incorporaría e iría a la cocina a beber agua. Pensaría que todo es una pesadilla. Pero no sé, los que alternamos vida y muerte no podemos hacer eso. Tan sólo estamos.
Estamos hacia (porque no "caemos", no... sólo estamos...) una especie de fondo negro, vacío, pero que nos empuja hacia dentro de sí. De vez en cuando alguien "está" al lado, también descendiendo, en paralelo... pero un día, al abrir los ojos, vuelve a no haber nadie.
Hasta que te cansas de soñar y ya sólo duermes (y solo duermes). Sin trucos. Creo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario