jueves, 7 de marzo de 2013

Todo "escalofrío" tiene un "suspiro".

Aún me queda uno. Yace intacto al lado de un mechero con su propia "es una larga historia". Lo enciendo y lo apoyo en el cenicero mientras lo dejo consumirse como hacía él. Nunca he sido de fumar.
Un escalofrío me recorre la espalda como el hielo. Apago el cigarro y esbozo una sonrisa. Me tomo el escalofrío como mi propia autodefensa hacia los recuerdos.
Vuelvo a mirar el móvil. Escalofrío.
Vuelvo a mirarme la muñeca. Llego tarde.
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Me empiezo a vestir deprisa cogiendo lo primero que veo. He quedado con unos amigos a las ocho. Me miro el reloj de muñeca que me regaló ella. Suspiro. Qué bien se me da romperlo todo. 
Llego a tiempo a coger el autobús. O quizá a destiempo.
Vuelvo a llegar tarde.
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Paso al lado de su casa pensando mil cosas que me prometí que no recordaría. He vuelto a fallarme. Apoyo mi mejilla en la ventana llenándola de vaho al respirar. Sonrío. No me había fijado antes. Se ven unas iniciales rodeadas con un garabato que podría asemejarse a un corazón pintadas a rotulador negro en el asiento de delante. El autobús cierra las puertas para arrancar cuando se oye a alguien dando golpes al cristal de la puerta.

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Desde el día en que nací no he tenido suerte. Quizá el problema sea yo.
Lo de "el día en que nací" rebota en mi cabeza junto a la imagen de una mujer en un hospital llena de cables. Mamá. Suspiro. 
Ojalá no me haya visto. Parece distraída mirando el respaldo del asiento de delante.
No ha cambiado nada. No, nunca lo hizo. Siempre ha sido tan ella que siempre ha resultado imposible clasificarla con cualquier adjetivo. Ojalá yo no hubiese cambiado.

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Levanto la vista aún pensando en las iniciales. No he visto quién ha entrado por la puerta, pero posiblemente no sea importante. Ojalá nos alejemos de esta calle cuanto antes. Demasiados escalofríos.
Decido jugar a imaginar la vida de las personas del autobús. Al empezar con la quinta las facciones de mi cara se petrifican. No puede ser. A lo mejor sí que era importante la última persona en entrar al autobús.
Ni si quiera le he visto la cara, pero reconocería aquel reloj en cualquier sitio. Escalofríos.

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