Tiene la cabeza en otra parte. Está tumbada en el sofá con su canción favorita de fondo, pero ni se da cuenta. Parece ausente. A saber en qué piensa.
Tiene las piernas en "X" y la manos ocupadas con el móvil. Pero... no escribe. Parece estar esperando a que alguien responda; pero nada. Cansada ya, se levanta y se acerca a la estantería mientras revisa todos los libros perfectamente ordenados de la "a" a la "z". Ninguno la convence. Parece perdida en su propia casa; las paredes parecen acercarse y se siente presa, cómo si estuviese en su propia celda. Sabe que él ya no está y que él, era precisamente lo último que la quedaba y se vuelve a perder entre lágrimas, esperando asfixiarse con ellas.
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