Suspiró un par
de veces y releyó su texto. Las lágrimas se habían llevado todo el maquillaje y
una mancha negra le rodeaba los ojos. Escribir dolía, aliviaba al final, pero
mientras lo escribía, dolía. Aún así ya era tarde, el texto estaba terminado.
Muchas veces había pensado en enseñarle lo que escribía a él y luego decirle
que era por él, pero nunca tenía la sangre fría de pulsar el "enter".
Se había "enganchado" a escribir para calmarse, ya sólo podía llorar
mientras escribía pero nunca lograba distinguir si eso era del todo bueno. La
verdad es que desde aquel día, no era la misma.
Me gusta tu blog, es diferente. Y es obviamente para él, tampoco es el típico "él", porque esta claro que le quieres tanto que te mueres por dentro día tras día y noche tras noche, pero seguro que algún día fue el típico que te sacaba sonrisas.
ResponderEliminarTambién tengo que decir que tus últimas entradas me ha costado entenderlas (llámame inculta).
Llevaba ya mucho tiempo queriendo leer tu blog, porque me encantan tus tweets porque a pesar de ser muy tristes son sinceros.
Creo que encadenas muy bien unas cosas con otras (no soy ninguna experta ni en la lectura ni en la escritura, así que no hace falta que me tomes en cuenta) sabes engancharme y hacer que siga leyendo.
Intenta crear nuevos palacios, aunque tengas detrás tus ruinas. Busca algo que te enganche y haz que te haga feliz o que te calme por dentro. Igual no te lo dice la más indicada porque yo también vivo de ruinas, pero siempre hay que intentarlo.
Ya te dejo, te escribo esto para que sepas que te leo. Que lo tengas en cuenta o no me da igual, creo que tienes talento. Eso es todo. Ah, y gracias por escribir.