domingo, 9 de diciembre de 2012

Locura.


Temblando. No hace frío pero mi invierno interior está en tormenta. Abres la ventana. Y lo enciendes. Te he dicho mil veces que no fumes en mi cuarto, pero poco importa ahora.
Me acerco y paso la mano atravesando tu cuerpo. Otra vez, eres sólo un recuerdo.
Mientras las lágrimas limpian mis mejillas, cierro la ventana y me meto en mi cama mirando hacia fuera. Sola. Al rato me giro y otra vez. Ahí estás. Tumbado, mirando hacia fuera, con la espalda desnuda susurrando "dibújame o algo"...
Acaricio otra vez tu recuerdo sabiendo que ahí no hay nadie, que sólo es mi subconsciente riéndose de mí.
(Reír.)
La palabra rebota en mi cabeza. Creo que aún recuerdo cómo se hacía, pero.
De repente, te giras, no sé por qué. Me miras a los ojos y justo antes de hablar, te esfumas delante de mis narices. Y desapareces. A lo mejor sólo por un rato. Me giro otra vez y al rato consigo reunir fuerzas para levantarme. Me siento en el borde de la cama y cojo de la mesilla el reloj. Las 3:17 de la mañana. No es mucho. Me levanto y abro la ventana. Suspiro un par de veces y me voy al sofá. Hoy me costará dormir...

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